miércoles, 14 de abril de 2010

LAS REDES SOCIALES Y LA ADICCIÓN

El avance exponencial que ha experimentado la tecnología en informática y computación, el cual hace que la obsolescencia tecnológica se alcance incluso en un año, ha traído enormes beneficios a la humanidad, como el incremento en la productividad y automatización de procesos, pero también, y quizás más importante aún, las comunicaciones. ¿Quién se iba a imaginar hace 30 años (me refiero al común, quizás los científicos ya lo hacían) que podríamos hablar face to face con algún amigo o familiar a miles de kilómetros de distancia?, es realmente impresionante. Recuerdo cuando hace aproximadamente 25 años, hablar por teléfono era casi una aventura, había que esperar que la línea nos diera tono. Hoy día puedes llevar un teléfono a cualquier sitio, e incluso navegar en internet y recibir y enviar correos electrónicos. Leí que se aproxima la tecnología portátil 4G, cuando apenas en Venezuela se anuncia con bombos y platillos la introducción de la tecnología portátil 3,5G.
Es así como internet se ha convertido en un medio social virtual, que ha crecido vertiginosamente como consecuencia de la aparición de las redes sociales, donde se desarrollan relaciones que han llegado a culminar en matrimonio. Conozco algunos casos. También ha permitido desarrollar vínculos de amistad, y a fortalecer los existentes. Por allí todo va bien. Los problemas comienzan cuando hacemos parte de nuestra mente esta tecnología, es altamente dañino.
Sabemos que una adicción implica el dejarse dominar por el uso de algo. Drogas, alcohol, juegos de envite y azar, videojuegos, e internet; todos con efectos devastadores. La comunicación a través de redes sociales, ha desarrollado una nueva adicción. Twitter, por ejemplo, es un excelente medio de comunicación, especialmente para quien informa, es decir, comunicadores sociales. Sin embargo, para el común puede ser un gran problema.
Twitter te hace una pregunta: ¿qué pasa?, pues la responde informando. En mi cuenta tengo apenas 9 tweets, mientras que Nelson Bocaranda tiene 15.556 tweets. La razón: es periodista, y este es una herramienta espectacular para su labor. Si yo tuviera al menos la mitad de esos tweets, significaría que he dejado de trabajar por estar metido en Twitter. Esto se traduce en adicción. En el ámbito deportivo han surgido innumerables problemas debido al uso abusivo del Twitter. Oney Guillén perdió su trabajo debido a esto; en la NBA y la NFL tienen una reglamentación al respecto.
Es justo hacer una salvedad. No solamente los profesionales de la comunicación social, justificarían el uso permanente de este medio, también ha servido para los que no lo son, pero que han desarrollado un medio de comunicación social, como por ejemplo un blog.
Lo que considero más preocupante es Facebook. Y como dije anteriormente, no me refiero a navegar revisando perfiles, fotos u otras cosas. Facebook, me ha permitido establecer una amistad virtual con personas que no conozco en persona. Sin embargo, Facebook pregunta: ¿qué estás pensando?. Imagínate tú, responder esa pregunta en una red social. Saber limitar esta respuesta es importante, y es que no podemos escribir en un medio de comunicación tan abierto, qué pensamos por razones como la prudencia, la decencia, y el respeto. Cada vez que escribimos en Facebook lo que pensamos, estamos expuestos a que algún amigo comente algo, y a su vez, amigos de tu amigo, y que no conoces leen lo que escribiste. Es por ello, que cuando respondo esta pregunta, lo hago pensando en la red social, es decir, comunico algo que quiero que llegue a todos mis amigos, y que ellos puedan comentar. Si tengo que comunicar algo más personal o familiar, pues envío un mensaje, con ello le doy la privacidad que merece.
He visto con preocupación, como familiares y amigos, utilizan este medio para manifestar sentimientos íntimos, problemas con su pareja, amigos, o familiares. Si existe una diferencia o una molestia con alguien, lo colocan allí, ¿qué estás pensando?. Han interpretado esta pregunta literalmente, y no es así, su objetivo es fomentar la opinión y la discusión, cuestión que me parece interesante. También ha servido para fijar posiciones respecto a algo, pero también ha proliferado la creación de Grupos con motivos, triviales, absurdos, y hasta ridículos. Hay quienes se han hecho miembros de cientos de grupos, la mayoría de ellos inservibles. Hay quienes aceptan a cualquier persona como amigo, sin ni siquiera tener idea de quién es. Es una adicción peligrosa, indica carencias en el manejo de las relaciones personales.
Si nos detenemos a analizar el perfil, muro, fotos y comentarios de estas personas, puedes encontrarte con problemas psicológicos como baja autoestima, abandono y traumas de la infancia, egocentrismo, narcisismo, y pare usted de contar.
La interpretación errónea de la pregunta, ¿qué estás pensando?, ha convertido en estos casos a Facebook, en una extensión de su mente. Cosas tan sencillas como manifestar aburrimiento en un momento determinado, decepciones y molestias personales indica que estamos considerando a Facebook una extensión de nuestra mente.
Puedo discutir con mi esposa, puedo cometer errores. La manera de enmendar esto es pidiéndole disculpas personalmente. Reconocer ante ella que estoy equivocado. También puede molestarme algo que dijo o hizo un amigo. Lo correcto es hablar con él, y manifestarle la inconformidad que tengo. Si la amistad es verdadera no trascenderá. Publicarlo en Facebook es hacerlo vox populi, y con ello darle cabida a personas que nada tienen que ver con esa relación, e incluso, puedes someter al escarnio público a una persona querida por ti. No está bien. ¿Cuántas veces has tenido un mal pensamiento de un amigo o amiga, y hasta de un familiar, y cuando ves los hechos resulta que estás equivocado?. Pues si no lo dices, se queda en ti, pero si lo colocas en Facebook imagina la magnitud del problema.
Convertir a Facebook en una extensión de nuestra mente es una adicción. Debemos limitar lo que escribimos en facebook, ser moderados, especialmente cuando se trata de las relaciones personales o sociales. Si escribes todo lo que piensas en Facebook eres adicto. Recuerda que el objetivo de esto es someter a discusión algún tema que te inquiete. Es natural, por ejemplo, manifestar un sentimiento de alegría, como un logro alcanzado o el nacimiento de un hijo, o una tristeza grande, como la pérdida de un ser querido. Son motivos para compartir con los familiares y amigos. Pero no todo tiene estas características, hay cosas con las que debemos ser prudentes, hay problemas que si necesitamos ayuda es mejor conversar con un amigo.
Debemos ser prudentes para no convertirnos en adictos. Y especialmente, debemos ser prudentes para no afectar a las personas de nuestro entorno directa o indirectamente. Seamos prudentes y démosle el uso apropiado a este excelente medio de comunicación.