Primero USA, luego Canadá, y ahora. España anuncia que
sancionará a funcionarios del régimen. Trump, además, invitó a la UE a unirse a
las sanciones. Tiene metido entre ceja y ceja acabar con el régimen, ¿por qué
será? Creo que su nacionalismo está herido por la errática y vergonzosa actitud
pasiva de gobiernos anteriores con Cuba. Eso lo impulsa a una decisión
indeclinable: no permitirá otra situación similar, y para ello, se valdrá de
todo el poder del que dispone.
Dijo en la ONU, sin evasiones, por toda la calle del medio:
“La dictadura socialista del presidente venezolano Nicolás Maduro, es
completamente inaceptable…La situación es completamente inaceptable. No podemos
quedarnos al margen y mirar. Como un vecino y amigo responsable, nosotros y
todos los demás tenemos una meta: ayudarles a recuperar la libertad, recuperar
el país, restaurar la democracia”. Y lapidariamente dijo: “El problema en
Venezuela no es que el socialismo ha sido mal implementado. Es que el
socialismo ha sido totalmente implementado”.
Luis Almagro, Secretario General de la OEA, expresó en un
tuit que, “en Venezuela ninguna negociación debe basarse en reparto de poder,
sino en la redemocratización del país”, y en otro, “exigimos q no se negocie
paz, democracia ni libertad: son bienes más altos e irrenunciables en Venezuela”.
Antes de ayer, anunció la MUD que no participarán en el
diálogo, que llaman reunión exploratoria (por cierto, llamar las cosas por otro
nombre es pretender verle cara de pendejo al interlocutor) para el día de
mañana (ayer), porque no hay condiciones para ello, ¿efecto dominó? Puede ser…
Lo cierto de esto, es que sólo la MUD, su
séquito de “intelectuales” y sus fieles seguidores, consideran que votar en
regionales es castigar a Maduro, como si el país lo que necesita es que le den
una lección para que aprenda a gobernar. Necesitamos salir de esto ¡YA!, es la urgencia de viene de una crisis humanitaria que ya ha sobrepasado los
límites. Hambre, miseria, diáspora y muerte es la consecuencia de estos 21
meses que han pasado luego de las elecciones parlamentarias del diciembre 2015,
y más recientemente, de un plebiscito cuyos resultados echaron a la basura. Es
una burla permanente y constante. Ahora piden que votemos contra Maduro en
elección de gobernadores, ¿acaso Maduro es candidato a gobernador? Lo peor, es
que en el plebiscito se ordenó desconocer a la ANC y al CNE, y en enero el
régimen declaró la falta absoluta de Maduro. La ANC llama a elección de gobernadores,
el ejecutivo (Maduro) acepta el llamado, y el CNE convoca, tres poderes no
reconocidos y deslegitimados. Aun así, la MUD acepta y lanza a primarias y ya
se encuentra en campaña política. Incoherencia e inconsistencia.
Con ese escenario, nos piden que vayamos a votar, y como
nada es completo, la dirigencia de la MUD y su séquito de intelectuales, ha
querido convertir el voto de derecho a deber. El voto, es y será, en cualquier
democracia, un derecho, y los derechos se ejercen o no. En tal sentido, yo,
ejerciendo mi derecho no votaré en estas elecciones. La MUD-AN, le correspondía
y le corresponde, cumplir con el mandato que le dieron 7,6 millones de
personas. Mientras, el triángulo de la crisis humanitaria (alimentación, salud y
seguridad), nos oprime con mayor fuerza.
La Canasta Básica Familiar del CENDAS-FVM a diciembre de
2015 fue de Bs 139.273,68 y al mes de agosto de 2017 se ubica en Bs 2.938.277,19,
lo que significa un incremento de Bs 2.799.003,51, es decir, 2009,71 %. Por su
parte, la Canasta Básica Alimentaria a diciembre de 2015 fue de Bs 93.600,00 y
al mes de agosto de 2017 resultó en Bs 2.012.556,55, lo que significó un
incremento de Bs 1.918.956,55 para un 2050,17 %. En diciembre 2015, las clases
medias media y alta, no habían sufrido el rigor de la crisis. En este momento
ya les agarró el tobillo. Obtener los alimentos básicos en este momento a una
familia, es una misión imposible. Cada vez es mayor la cantidad de gente que
come de la basura, que pide en las casas cualquier “cosita” para llevarles a
sus hijos.
Pero si el drama alimentario es tétrico, ni hablar del drama
sanitario. La crisis es aterradora en toda la extensión de la palabra.
Enfermarse es casi estar condenado a muerte. Basta darse un paseíto por Twitter
para ver la cantidad de personas pidiendo y rogando por un medicamento. Curar
una simple gripe es casi imposible. Pero no queda allí, en los hospitales no
hay ni medicamentos ni insumos o material médico-quirúrgico, y a las clínicas
también les ha tocado sus almacenes. A eso hay que sumarle la diáspora de
médicos buscando un mejor futuro. El Observatorio Venezolano de la Salud (OVS),
concluyó en la Encuesta sobre Condiciones de Vida en Venezuela 2016, que
tenemos “las peores condiciones de desprotección de salud desde principios del
siglo XX, con tendencia a mayor deterioro”.
La inseguridad, cuyas noticias han sido opacadas y casi
olvidadas como consecuencia de las dos anteriores sigue cobrando víctimas y con
mayor fuerza. Según la Observatorio de la Violencia Venezolana (OVV) en 2015 fueron
asesinadas 27.875 personas, y en 2016 28.468,
y se estima que 2017 el número de homicidios podría superar los 33.000.
El nivel de calidad de vida va en picada, sin frenos, en
consecuencia, más de 2 millones de venezolanos han huido del país, y la cifra
sigue en aumento. En su mayoría jóvenes profesionales, la generación de relevo.
Pero, no hay apuro, ¿son éstas suficientes razones para
querer una solución pronta, que se encuentra en mora?, ¿realmente creen que una
dictadura saldrá con votos, y peor aún, una narcodictadura? Es hora de dejar la
ingenuidad a un lado.
No votaré más hasta que la República sea
restaurada, con el nacimiento de un nuevo Estado, con ello me refiero a un
cambio radical en las bases y principios que lo rijan. Si esto no ocurre, solo me queda, junto a mi familia, esforzarnos por unirnos a la diáspora de venezolanos
regada por el mundo.