La importancia de los resultados del 6D es política. En lo económico y
social no significará nada, ¿por qué?, porque de haber algún cambio por vía legislativa
será más o menos en marzo de 2016 que inicie, y eso dependerá de la mayoría
lograda.
Todo indica que, gracias a las marramuncias conocidas, y a su vez,
ignoradas por todos, a pesar de ser una inmensa mayoría, como nunca ha habido
en ningún proceso electoral en Venezuela, solo se obtendrá mayoría simple, ese
es el pronóstico, y no mío, por cierto. La Asamblea Nacional, se convertirá así
en un ring de boxeo, más nada.
Ahora, bajo el escenario de que se logré una mayoría calificada o
absoluta, otro gallo canta. Aunque el periodo de espera será el mismo (no sé si
el hambre permita aguantar hasta allá), la Asamblea Nacional se convertiría en
punta de lanza para iniciar el cambio que requiere el país. Se abrirían las
puertas a la transición a la democracia y una economía de mercado. Sin embargo,
sabiendo que vivimos en el país de las izquierdas (no es casualidad que la
tarjeta del PSUV y de la MUD estén del mismo lado, ¿o sí?), solo se
restablecerá la democracia que vivimos entre 1998 y 2001, cambios no habrá.
Una victoria de la MUD, será solo política, importante, pero solo eso.
Y no se trata de que debemos ser optimistas, tener fe y esperanza, se trata de
una interpretación de la realidad histórica que vivimos, y en la que muchos,
lamentablemente, viven en un estado de negación, que los lleva a pensar que
vivimos en democracia, que el régimen es gobierno, y por tanto, respetarán los
resultados electorales, y peor aún, que democracia y elecciones son sinónimos,
lo que cerró las puertas a otras alternativas democráticas, constitucionales, y
complementarias a lo electoral, y que, de haberlas ejercido, quizá, tendríamos
un proceso electoral menos opaco.
Hubo quienes hicieron un símil con la vergonzosa situación que atraviesa
la vinotinto. Solo quien se encuentre en estado de negación puede afirmar esto.
En un recuento rápido, todo comienza con la renuncia de Amorebieta a la
selección, y concluye con la carta pública de los jugadores solicitando la
renuncia de la dirigencia de la FVF y el cuerpo técnico. ¿Cómo esta carta puede
ser un símil electoral? Si comparamos la situación del país con la vinotinto,
la actitud y valentía de Amorebieta, representa a Leopoldo López, María Corina Machado
y Antonio Ledezma en febrero de 2014, y la carta de los jugadores de la
selección representa lo que debió haber hecho la MUD, en pleno, y no hizo.
Prefirió colaborar con el régimen, oxigenarlo, con un fulano diálogo que no se dio,
y esperar el escenario electoral dos años después (recuerden que la nueva
Asamblea Nacional toma posesión en enero 2016).
¿Votar?, ¡claro que sí!, es un acto, a lo interno de cada uno de
nosotros democrático, y por tanto, un deber. Voto masivo es la respuesta a la
minimización del éxito de las marramuncias, y significaría obtener, al menos,
mayoría calificada.
Eso sí, en lo particular, lo he dicho, lo mantengo y lo sostengo, no
voy a votar por ningún miembro de Primero Justicia, Acción Democrática o Un
Nuevo Tiempo. Sus principales dirigentes, han sido, y son, cómplices y colaboradores
del régimen, tan responsable como éste del desastre y ruina que tenemos como
país. Decir que no votar por la MUD, es votar por el "gobierno", es un
chantaje aprendido del chavismo.